Coestimuladores de la respuesta inmunitaria adaptativaCoestimuladores de la respuesta inmunitaria adaptativa

La presentación del complejo antígeno-MHC, aunque es un paso crucial en la activación de la respuesta inmunitaria adaptativa, no es suficiente por sí misma para desencadenar una respuesta inmunitaria. Esto se debe a que la simple presencia de un antígeno en el complejo MHC no garantiza que el sistema inmunitario lo reconozca como una amenaza y desencadene una respuesta adaptativa.

El sistema inmunitario debe discriminar entre antígenos propios (autoantígenos) y extraños (antígenos ambientales benignos) para evitar reacciones autoinmunes no deseadas. Además, la respuesta inmunitaria adaptativa requiere la activación y participación de células presentadoras de antígeno, como las células dendríticas, que capturan y procesan los antígenos, y luego los presentan a los linfocitos T y B.

Además, la activación completa de la respuesta inmunitaria adaptativa generalmente requiere la señalización adicional proporcionada por moléculas coestimuladoras y citocinas producidas en el microambiente adecuado. Estos eventos adicionales actúan como señales de validación para asegurar que la respuesta inmunitaria se dirija específicamente contra agentes patógenos y no contra tejidos propios o antígenos inofensivos.

Las moléculas coestimuladoras, como CD80 y CD86, son necesarias para la activación plena de los linfocitos T porque proporcionan señales adicionales que ayudan a garantizar una respuesta inmunitaria adaptativa efectiva y específica.

La interacción de CD80/CD86 en las células presentadoras de antígeno, especialmente las células dendríticas activadas, con su receptor CD28 en los linfocitos T, es crucial para activar plenamente los linfocitos T. Esta interacción genera señales coestimuladoras que disminuyen el umbral de activación de los linfocitos T, lo que significa que se requiere una menor cantidad de antígeno para activar completamente los linfocitos T y desencadenar una respuesta inmunitaria adaptativa.

Además, la estimulación de las vías de CD28 por la interacción de CD80/CD86 con CD28 en los linfocitos T promueve la producción de interleucina-2 (IL-2), una citocina clave en la proliferación y diferenciación de los linfocitos T. La IL-2 ayuda a amplificar la respuesta inmunitaria al activar más linfocitos T y promover su supervivencia y función efectora.

Las citocinas desempeñan un papel crucial en la activación completa de los linfocitos T al proporcionar señales de regulación y amplificación que modulan su respuesta inmunitaria. La variación en el medio de citocinas innatas depende del tipo de receptor de reconocimiento de patrones (PRR) que ha sido estimulado, lo que refleja la naturaleza específica del estímulo antigénico y la respuesta inmunitaria requerida.

Citocinas como IL-12, IL-6 y TNF-α son ejemplos de moléculas que potencian la inflamación aguda y tienen un impacto significativo en la diferenciación de los linfocitos T. Por ejemplo, la IL-12 es fundamental para la diferenciación de linfocitos T helper tipo 1 (Th1), que promueven respuestas inmunitarias celulares efectivas contra agentes patógenos intracelulares. Por otro lado, la IL-6 participa en la diferenciación de linfocitos T helper tipo 17 (Th17), implicados en respuestas inmunitarias contra patógenos extracelulares y en la inflamación asociada con enfermedades autoinmunes. El TNF-α es una citocina proinflamatoria importante que regula la respuesta inmunitaria al promover la activación de células efectoras y la producción de otras citocinas.

 

 

 

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