La incidencia diferencial de las hernias entre los sexos, así como las variaciones en la prevalencia de diferentes tipos de hernias, es un fenómeno intrigante que refleja tanto factores anatómicos como fisiológicos distintivos entre hombres y mujeres.
La significativa disparidad en la incidencia de hernias inguinales entre los sexos, con una mayor prevalencia en hombres que en mujeres, es un fenómeno bien documentado. Se estima que la posibilidad de sufrir una hernia inguinal aumenta aproximadamente 25 veces más en el sexo masculino en comparación con las mujeres. Este hecho se atribuye principalmente a diferencias anatómicas entre los géneros. En los hombres, el canal inguinal es más largo y más estrecho que en las mujeres, lo que crea una mayor predisposición a la protrusión de tejidos abdominales a través de este conducto. Además, la presencia del cordón espermático en los hombres, una estructura que atraviesa el canal inguinal, puede aumentar aún más el riesgo de herniación.
Aunque la hernia inguinal indirecta es la más común en ambos sexos, se observa una predominancia masculina en este tipo de hernia, con una relación de aproximadamente 2 a 1 en comparación con las hernias directas. Esta discrepancia puede atribuirse nuevamente a diferencias anatómicas entre hombres y mujeres, como la presencia del cordón espermático en los hombres, que aumenta la vulnerabilidad a la hernia indirecta.
Por otro lado, mientras que las hernias inguinales son las más comunes en las mujeres, las hernias femorales y umbilicales muestran una mayor prevalencia en este grupo. Se observa un marcado predominio femenino en las hernias femorales, con una relación de aproximadamente 10 a 1 en comparación con los hombres. Este fenómeno puede explicarse por las diferencias anatómicas entre los sexos, como una abertura más amplia del canal femoral en las mujeres, lo que facilita la protrusión de tejidos a través de esta área.
A pesar de que las hernias femorales son más frecuentes en las mujeres, las hernias inguinales aún prevalecen como las más comunes en este grupo. Sin embargo, las hernias femorales son poco frecuentes entre los hombres, lo que sugiere una predisposición anatómica distinta en las mujeres que favorece su desarrollo.
Es interesante notar que tanto las hernias inguinales indirectas como las femorales tienden a ocurrir más frecuentemente en el lado derecho del cuerpo. Esta observación se atribuye a los cambios en el desarrollo fetal que afectan la atrofia del conducto peritoneovaginal y el efecto de taponamiento del colon sigmoideo sobre el conducto femoral izquierdo.