El linfoedema es la consecuencia de la incapacidad del sistema linfático para drenar adecuadamente las proteínas y el líquido que entran en el compartimento intersticial de los tejidos. El sistema linfático es responsable de recoger el exceso de líquido, proteínas y desechos de los tejidos y devolverlos al torrente sanguíneo. Sin embargo, cuando este sistema falla, ya sea debido a un trastorno congénito, una lesión, una infección o una cirugía, se produce una acumulación de líquido en los tejidos, lo que da lugar al linfoedema.
La incapacidad del sistema linfático para acomodar y drenar adecuadamente las proteínas y el líquido intersticial puede deberse a diversos factores, como la obstrucción de los vasos linfáticos, la insuficiencia de las válvulas linfáticas, la hipoplasia o ausencia de los ganglios linfáticos, o la disfunción de las células linfáticas. Esta acumulación de líquido causa hinchazón, sensación de pesadez y rigidez en los tejidos afectados, lo que puede interferir con la función normal de los órganos y causar malestar y discapacidad en el paciente.
La alteración en la vasculatura linfática puede manifestarse de diferentes maneras, como aplasia, hipoplasia o hiperplasia, y todos estos patrones pueden dar lugar al desarrollo de linfoedema clínico. En casos de aplasia y hipoplasia, se observa una ausencia total o una reducción significativa de los vasos linfáticos, lo que limita la capacidad del sistema linfático para drenar adecuadamente el exceso de líquido intersticial y proteínas, resultando en la acumulación de líquido y la aparición de linfoedema.
Por otro lado, en la hiperplasia, los vasos linfáticos pueden estar presentes en mayor cantidad, pero su estructura y función están alteradas. Los vasos hiperplásicos suelen ser insuficientes y tortuosos, lo que dificulta el flujo linfático normal y contribuye a la acumulación de líquido en los tejidos, causando linfoedema.
Es importante destacar que, aunque la hiperplasia es menos común que la aplasia o la hipoplasia, aún puede ser una causa significativa de linfoedema, representando aproximadamente el 8% de los casos. Esta variabilidad en la presentación de la alteración de la vasculatura linfática subraya la complejidad de los trastornos linfáticos y la importancia de una evaluación individualizada para determinar la causa específica del linfoedema en cada paciente.