La afirmación de Andrés Vesalio de que la disección debía ser realizada personalmente por los propios médicos fue revolucionaria en su época y representó un cambio significativo en la percepción y la práctica de la anatomía. Esta postura marcó un repudio directo a una larga tradición que asociaba la disección con tareas desagradables y degradantes reservadas para individuos de clases sociales bajas, mientras que los médicos, a menudo de clase alta, se dedicaban a la teoría sin implicarse en la práctica directa.
Esta actitud hacia la disección se remonta a la antigüedad, donde la práctica de la medicina estaba imbuida de prejuicios sociales y culturales. La disección era vista como una tarea repugnante y deshonrosa, considerada adecuada solo para barberos, carniceros y otros individuos de clases sociales bajas. Los médicos, por otro lado, se veían a sí mismos como eruditos y teóricos, más preocupados por la lectura y la enseñanza de los textos clásicos que por la práctica real de la anatomía.
La postura de Vesalio desafió esta jerarquía social y profesional al argumentar que la comprensión precisa de la anatomía humana requería una participación directa en la disección por parte de los propios médicos. Vesalio creía firmemente que solo a través de la observación y la manipulación directa de los órganos y tejidos humanos se podía adquirir un conocimiento profundo y preciso de la anatomía. Esto implicaba que los médicos debían estar dispuestos a realizar las disecciones personalmente, en lugar de depender exclusivamente de textos antiguos o de la labor de subordinados.
Esta postura representó un cambio radical en la forma en que se enseñaba y practicaba la medicina en esa época, ya que enfatizaba la importancia de la experiencia práctica y la observación directa sobre la autoridad de los textos antiguos. Además, al hacer hincapié en la necesidad de que los médicos participaran activamente en la disección, Vesalio también promovió una mayor igualdad entre los profesionales de la medicina, al desafiar la noción de que la práctica de la anatomía estaba reservada exclusivamente para individuos de clases sociales bajas.