La cintura pectoral, también conocida como cingulum pectorale, es una estructura anatómica clave que une los miembros superiores al tórax en el cuerpo humano. Está formada principalmente por dos huesos: la escápula (omóplato) y la clavícula (collarbone). La función principal de la cintura pectoral es proporcionar estabilidad y movilidad a los miembros superiores, permitiendo una amplia gama de movimientos necesarios para actividades cotidianas y funcionales.
La escápula es un hueso plano y triangular ubicado en la parte posterior del tórax, entre las costillas y la columna vertebral. Tiene una forma única que le permite deslizarse sobre la superficie posterior del tórax, lo que facilita una variedad de movimientos del brazo. La escápula se une al hueso del brazo (húmero) mediante la articulación glenohumeral, que es una articulación esférica que permite movimientos de rotación, flexión y extensión del brazo.
La clavícula es un hueso largo y delgado que se encuentra en la parte superior del tórax, extendiéndose desde el esternón hasta el acromion de la escápula. Actúa como un puente entre el esternón y la escápula, proporcionando soporte y estabilidad a la articulación del hombro. Además, la clavícula sirve como punto de unión para varios músculos del hombro y el cuello, lo que contribuye a la movilidad y estabilidad de la cintura pectoral.
Juntos, la escápula y la clavícula forman una estructura robusta y flexible que une los miembros superiores al tórax. Esta unión es esencial para realizar una amplia variedad de movimientos, desde levantar objetos pesados hasta alcanzar objetos por encima de la cabeza. La cintura pectoral también desempeña un papel importante en la postura y la estabilidad del cuerpo, ayudando a distribuir el peso de manera uniforme y mantener el equilibrio durante la actividad física.