El hueso hioides es una estructura anatómica única y fascinante que se encuentra en el cuello humano. A diferencia de la mayoría de los otros huesos del cuerpo, el hueso hioides no forma parte directamente de ninguna articulación con otros huesos, lo que lo distingue como un hueso «flotante». Su ubicación en el cuello y su falta de conexión directa con el resto del esqueleto óseo plantean varias preguntas sobre su función y significado fisiológico.
El hueso hioides se sitúa en la región anterior del cuello, justo debajo de la mandíbula y encima de la laringe. Consiste en una estructura en forma de herradura que consta de un cuerpo central y dos pares de cuernos, uno superior (o mayor) y otro inferior (o menor). Está suspendido en su lugar por músculos y ligamentos, sin estar articulado con ningún otro hueso.
Aunque su ubicación y singularidad anatómica pueden parecer misteriosas, el hueso hioides desempeña varios roles importantes en la anatomía y la función del cuello y la cabeza. Uno de sus principales roles es servir como punto de anclaje para varios músculos importantes que participan en la deglución, el habla y la respiración.
Durante la deglución, el hueso hioides se eleva y se mueve hacia adelante, tirando consigo de la laringe y la tráquea para cerrar la epiglotis y evitar que los alimentos ingresen al tracto respiratorio. Este movimiento coordinado es crucial para asegurar una deglución segura y eficiente.
Además, el hueso hioides también sirve como punto de inserción para varios músculos de la lengua, la mandíbula y la laringe que son esenciales para la producción del habla y otros movimientos relacionados con la comunicación.
Se cree que la posición y la movilidad del hueso hioides también pueden influir en la resonancia vocal y en la capacidad de proyectar la voz de manera efectiva. Por lo tanto, su estructura y función están estrechamente relacionadas con la producción de sonido y la comunicación verbal.