El descubrimiento del óxido nitroso a mediados del siglo XIX marcó un hito en la historia de la anestesia y la medicina en general. Antes de este hallazgo, los métodos para aliviar el dolor durante procedimientos quirúrgicos eran rudimentarios y generalmente ineficaces. Sustancias como el hachís, la mandrágora y el opio se habían utilizado durante milenios por sus propiedades narcóticas y soporíferas, pero carecían de la capacidad necesaria para proporcionar un alivio efectivo durante las intervenciones quirúrgicas.
El óxido nitroso, también conocido como gas hilarante debido a sus efectos secundarios placenteros, se convirtió rápidamente en una sensación popular entre los jóvenes de la época debido a sus propiedades eufóricas y al estado de despreocupación que inducía. Las «fiestas de gas hilarante» se volvieron comunes, donde los participantes inhalaban el gas para experimentar sus efectos recreativos.
La popularidad del óxido nitroso como un agente recreativo inicialmente eclipsó su potencial médico. Sin embargo, pronto se descubrió que este compuesto tenía propiedades anestésicas significativas. Durante las fiestas de gas hilarante, los individuos que inhalaban óxido nitroso experimentaban una pérdida temporal del sentido de equilibrio, una disminución de las inhibiciones y una reducción de la sensibilidad al dolor. Estas observaciones llevaron a investigaciones más profundas sobre las posibles aplicaciones médicas del óxido nitroso como anestésico.
El verdadero avance ocurrió cuando el dentista Horace Wells observó que un colega, el doctor Gardner Quincy Colton, inhaló óxido nitroso durante una demostración de su efecto recreativo en 1844. Colton, bajo la influencia del gas, se lesionó sin darse cuenta mientras estaba bajo sus efectos. Esto llevó a Wells a probar el óxido nitroso como anestésico durante procedimientos dentales, lo que resultó en un éxito notable.
El descubrimiento del óxido nitroso como agente anestésico revolucionó la práctica médica al proporcionar una forma efectiva de aliviar el dolor durante intervenciones quirúrgicas y procedimientos dentales. Aunque el gas hilarante inicialmente se consideraba una curiosidad recreativa, su impacto duradero se debe a su capacidad para cambiar fundamentalmente la forma en que se realizaban los procedimientos médicos, mejorando significativamente la comodidad y la seguridad de los pacientes durante la cirugía y otros tratamientos.