El absceso retroperitoneal es una acumulación localizada de pus en el espacio retroperitoneal, una región anatómica detrás del peritoneo que contiene varios órganos importantes como los riñones, el páncreas y los grandes vasos sanguíneos. Esta condición puede surgir como resultado de infecciones bacterianas, traumatismos, procedimientos quirúrgicos previos u otras condiciones médicas subyacentes.
El tratamiento del absceso retroperitoneal es crucial para prevenir complicaciones graves como la sepsis y la diseminación de la infección a estructuras adyacentes. La estrategia de tratamiento suele implicar la combinación de antibióticos y drenaje del absceso para eliminar el material infectado y promover la resolución de la infección.
El uso de antibióticos es fundamental para controlar la infección bacteriana asociada con el absceso retroperitoneal. Los antibióticos se seleccionan típicamente según el perfil de sensibilidad de las bacterias identificadas en el cultivo del material aspirado del absceso o, en ausencia de cultivo, se pueden usar antibióticos de amplio espectro que sean efectivos contra las bacterias comúnmente asociadas con este tipo de infecciones.
El drenaje adecuado del absceso es igualmente importante y puede realizarse de varias formas. El drenaje percutáneo bajo la guía de imágenes, como la tomografía computarizada (TC), se ha convertido en un enfoque estándar debido a su eficacia demostrada en numerosos informes. Este método permite la inserción de una aguja o catéter a través de la piel y los tejidos blandos circundantes directamente en el absceso para drenar el pus de manera controlada. La TC proporciona una visualización precisa del absceso y sus estructuras circundantes, lo que ayuda a guiar la colocación precisa del catéter y a minimizar el riesgo de lesión a órganos adyacentes.
En algunos casos, el drenaje percutáneo puede no ser factible o puede fracasar en lograr un drenaje adecuado del absceso. En tales situaciones, el drenaje quirúrgico a través de un abordaje retroperitoneal puede ser necesario. Este enfoque implica una incisión quirúrgica en la región retroperitoneal para acceder directamente al absceso y drenarlo bajo visualización directa. Se reserva para casos en los que el drenaje percutáneo no es posible debido a la ubicación o extensión del absceso, o cuando hay complicaciones asociadas como la formación de fístulas o la obstrucción de los tejidos circundantes.
Es importante tener en cuenta que la tasa de mortalidad de los pacientes con abscesos retroperitoneales está influenciada por varios factores, incluida la gravedad de la infección, la presencia de enfermedades médicas subyacentes y la respuesta al tratamiento. La presencia de enfermedades médicas graves, como la diabetes, la insuficiencia renal o la enfermedad cardiovascular, puede aumentar el riesgo de complicaciones y contribuir a una mayor mortalidad en estos pacientes. Por lo tanto, el manejo integral de los pacientes con abscesos retroperitoneales debe abordar tanto la infección aguda como las condiciones médicas subyacentes para optimizar los resultados clínicos.