El limen nasi, conocido también como la unión mucocutánea, es un sitio anatómico de gran importancia en la cavidad nasal, donde se produce una transición histológica fundamental en el revestimiento epitelial. En esta región, el epitelio escamoso estratificado que caracteriza la porción anterior de la cavidad nasal cede paso al epitelio columnar pseudoestratificado cilíndrico, que domina en las porciones más profundas de las cavidades nasales y los senos paranasales, excluyendo el área del epitelio olfativo ubicado en el techo de la cavidad nasal.
La cavidad nasal constituye el primer segmento del sistema respiratorio superior y ejerce diversas funciones vitales para el organismo. Entre estas funciones se incluyen la humidificación, calentamiento y filtración del aire inhalado, así como la detección de olores a través del epitelio olfativo. Además, la mucosa nasal secretora de moco juega un papel crucial en la defensa del cuerpo contra agentes patógenos y partículas extrañas presentes en el aire inspirado.
El cambio en el tipo de epitelio en el limen nasi está directamente relacionado con las funciones fisiológicas de la cavidad nasal. El epitelio escamoso estratificado en la porción más anterior proporciona una barrera resistente al desgaste mecánico provocado por la entrada de partículas y aire, mientras que el epitelio columnar pseudoestratificado cilíndrico en las regiones más internas está especializado en la producción y secreción de moco, así como en el transporte ciliado de dicho moco y partículas atrapadas hacia la faringe.
Este tipo de epitelio contiene células ciliadas, cuyos cilios se organizan de manera coordinada para propulsar el moco hacia la faringe, donde puede ser deglutido o expulsado por la tos. Esta acción ciliar facilita la eliminación de agentes patógenos y partículas extrañas, contribuyendo así a la protección del sistema respiratorio contra infecciones y otros daños.
Además de su función en la eliminación de agentes externos, el epitelio columnar pseudoestratificado cilíndrico también desempeña un papel en el acondicionamiento del aire inspirado, ayudando a calentarlo y humidificarlo antes de que llegue a las vías respiratorias inferiores.
Es importante destacar que el epitelio olfativo presente en el techo de la cavidad nasal es una excepción en esta transición epitelial. Este tipo de epitelio, especializado en la detección de olores, difiere estructural y funcionalmente del epitelio que recubre el resto de la cavidad nasal, y no participa en las funciones de filtración y limpieza del aire respirado.