La historia de la cirugía ha estado marcada por la influencia de discriminación y sesgos étnicos, de género, raciales y religiosos que han tenido un impacto significativo en el acceso a la educación, oportunidades profesionales y tratamiento equitativo para diversos grupos de personas. Estos sesgos han creado barreras para el avance y la participación plena en la práctica de la cirugía, afectando especialmente a afroamericanos, mujeres y ciertos grupos de inmigrantes.
Los sesgos étnicos y raciales han sido omnipresentes en la historia de la cirugía, con la discriminación sistemática que ha obstaculizado el acceso de las minorías a la educación médica y las oportunidades profesionales. Durante períodos de segregación racial, las instituciones médicas y quirúrgicas estaban segregadas, lo que limitaba el acceso de afroamericanos y otras minorías a la formación y el empleo en cirugía. Esto resultó en una subrepresentación significativa de cirujanos afroamericanos y de otras minorías en la profesión médica y quirúrgica, así como en la atención médica desigual para pacientes de diferentes orígenes étnicos y raciales.
Del mismo modo, los sesgos de género han perpetuado la desigualdad en la cirugía, con las mujeres enfrentando barreras significativas para ingresar y avanzar en la profesión quirúrgica. Durante mucho tiempo, la cirugía fue considerada un dominio exclusivamente masculino, y las mujeres enfrentaban discriminación y estereotipos que socavaban su capacidad para ejercer la cirugía de manera equitativa. A pesar de los avances en las últimas décadas, las mujeres siguen estando subrepresentadas en cirugía, enfrentando obstáculos como la discriminación de género, la falta de modelos a seguir y los desafíos para equilibrar la vida personal y profesional.
Además de los sesgos étnicos y de género, la cirugía también ha sido influenciada por prejuicios religiosos y culturales que han afectado la práctica quirúrgica y el acceso a la atención médica. Algunos grupos religiosos pueden tener prohibiciones o restricciones específicas relacionadas con la cirugía y los tratamientos médicos, lo que puede afectar la decisión de recibir atención quirúrgica. Además, los pacientes pertenecientes a ciertos grupos culturales o religiosos pueden enfrentar barreras en la comunicación con los profesionales de la salud y en la comprensión de los procedimientos quirúrgicos, lo que puede afectar su experiencia y resultados de salud.