El establecimiento de un control exclusivo sobre la pericia de sus miembros es fundamental para que cualquier disciplina aspire a ser considerada como una profesión respetada. Este control exclusivo permite a la comunidad profesional garantizar la calidad y la fiabilidad de los servicios que ofrece, lo que a su vez es crucial para ganar y mantener la confianza del público. Para lograr esto, es necesario que el grupo profesional actúe como un monopolio en su campo, asegurándose de que solo aquellos que cumplan con los estándares establecidos y las competencias requeridas puedan ejercer la profesión.
La fiabilidad se considera un criterio fundamental para el nivel profesional en cualquier disciplina, ya que el público confía en que los profesionales sean competentes y capaces de cumplir con sus responsabilidades de manera consistente y efectiva. Al tener control exclusivo sobre la pericia de sus miembros, la comunidad profesional puede garantizar que solo aquellos que han demostrado poseer las habilidades y el conocimiento necesarios sean autorizados para ejercer la profesión, lo que aumenta la confianza del público en la calidad y la integridad de los servicios profesionales.
Además, tener jurisdicción completa sobre las políticas de admisión y la capacidad de disciplinar a sus miembros son aspectos clave para mantener la integridad y la reputación de la profesión. Esto permite a la comunidad profesional establecer estándares estrictos para la admisión y la práctica, y garantizar que aquellos que no cumplen con estos estándares sean responsabilizados por sus acciones. La capacidad de disciplinar a los miembros que no cumplen con las reglas de comportamiento aceptable y forzar su renuncia es fundamental para proteger la integridad de la profesión y mantener la confianza del público en los profesionales que la representan.