La hernia de Richter es una variante peculiar de hernia que presenta características distintivas en comparación con otros tipos más comunes. Su nombre deriva del cirujano alemán August Gottlieb Richter, quien la describió por primera vez en el siglo XVIII. Esta afección se distingue por implicar una porción específica de la pared antimesentérica del intestino delgado o grueso, que queda atrapada dentro del saco herniario sin causar una obstrucción intestinal completa.
Para entender completamente por qué la hernia de Richter se considera un tipo de estrangulación más raro, es necesario explorar las características anatómicas y fisiopatológicas involucradas. En una hernia típica, el contenido abdominal, como parte del intestino, protruye a través de un punto débil en la pared abdominal, formando un saco herniario. Este saco puede contener tejido graso, segmentos intestinales o ambos.
En el caso de la hernia de Richter, la peculiaridad radica en que solo una porción de la circunferencia intestinal queda atrapada en el saco herniario, mientras que el resto del intestino permanece libre. Esta porción atrapada generalmente involucra solo la pared antimesentérica, que es la porción de la pared intestinal que no está unida al mesenterio, la estructura que sostiene los vasos sanguíneos y nervios que irrigan el intestino. Debido a esta peculiaridad anatómica, la hernia de Richter puede pasar desapercibida durante períodos prolongados, ya que puede no causar los síntomas clásicos de obstrucción intestinal.
La estrangulación en la hernia de Richter ocurre cuando el flujo sanguíneo al segmento herniado se ve comprometido, aunque el flujo en el resto del intestino no se ve afectado. Este compromiso circulatorio puede resultar de la compresión de los vasos sanguíneos que irrigan la porción herniada o debido a la torsión del segmento intestinal. La estrangulación implica un riesgo significativo para el tejido intestinal atrapado, ya que puede llevar a la isquemia (privación de oxígeno) y necrosis (muerte tisular) si no se trata rápidamente.
Es importante destacar que, debido a que la hernia de Richter puede no producir síntomas típicos de obstrucción intestinal, como vómitos o distensión abdominal, su diagnóstico puede retrasarse, lo que aumenta el riesgo de complicaciones graves. Los pacientes con hernia de Richter pueden presentar síntomas vagos, como dolor abdominal crónico intermitente o sensibilidad en el sitio de la hernia, lo que puede llevar a un diagnóstico erróneo o a la falta de tratamiento adecuado.