La reparación del pectus excavatum, una deformidad del tórax caracterizada por un hundimiento del esternón y las costillas adyacentes, puede llevarse a cabo utilizando diversas técnicas, entre las que se incluyen la reparación quirúrgica abierta y las técnicas mínimamente invasivas. La elección de la técnica depende de varios factores, como la gravedad de la deformidad, la edad del paciente y las preferencias del cirujano.
Una reparación quirúrgica abierta tradicional implica realizar una incisión en el tórax para acceder al esternón y las costillas, corrigiendo la deformidad mediante la colocación de barras de metal u otros dispositivos para remodelar la caja torácica. Esta técnica ha sido durante mucho tiempo el estándar de oro para el tratamiento del pectus excavatum y puede ser preferida en casos de deformidades graves o complicaciones asociadas.
Por otro lado, las técnicas mínimamente invasivas, como la reparación mediante la técnica de Nuss o la técnica de Ravitch modificada, implican realizar pequeñas incisiones en el tórax y utilizar instrumentos especiales para corregir la deformidad sin abrir completamente la cavidad torácica. Estas técnicas ofrecen ventajas como tiempos de recuperación más cortos, menos dolor postoperatorio y mejores resultados estéticos, lo que las hace especialmente atractivas para pacientes jóvenes y activos.
La corrección quirúrgica abierta del pectus excavatum sigue en gran medida los pasos básicos descritos por Ravitch en 1949 debido a su eficacia y fiabilidad a lo largo del tiempo. Estos pasos incluyen varias etapas fundamentales para corregir la deformidad, como la resección paraesternal y subpericondral de los cartílagos costales deformados, la desinserción de la apófisis xifoides, la realización de osteotomías en cuña transversa en el borde superior de la depresión esternal y el abombamiento en sentido anterior del esternón para enderezar su trayectoria. Estos procedimientos permiten remodelar la caja torácica y mejorar la posición del esternón, asegurando así una corrección efectiva de la deformidad. Aunque han surgido otras técnicas y enfoques a lo largo de los años, los principios fundamentales establecidos por Ravitch siguen siendo la base de muchos métodos modernos para la corrección quirúrgica del pectus excavatum debido a su efectividad probada y su capacidad para proporcionar resultados satisfactorios.
Donald Nuss desarrolló la técnica mínimamente invasiva para corregir el pectus excavatum, conocida como la técnica de Nuss, con el objetivo de ofrecer una alternativa menos invasiva y más estéticamente favorable a la corrección quirúrgica tradicional. Esta técnica se basa en la colocación de una barra convexa de acero inoxidable por debajo del esternón, a través de dos pequeñas incisiones torácicas laterales, sin necesidad de realizar ningún tipo de resección ósea ni cartilaginosa.
La razón principal detrás del desarrollo de esta técnica fue minimizar el trauma quirúrgico asociado con la corrección del pectus excavatum. La técnica de Nuss permite corregir la deformidad mediante la aplicación de fuerzas externas sobre el esternón y las costillas, utilizando la barra de acero inoxidable como soporte. Al no requerir resección ósea ni cartilaginosa, se reduce significativamente el riesgo de complicaciones asociadas con la cirugía, como sangrado, infección y dolor postoperatorio.
Además, la técnica de Nuss ofrece ventajas adicionales, como tiempos de recuperación más cortos, menor dolor postoperatorio y mejores resultados estéticos, lo que la convierte en una opción atractiva para muchos pacientes y cirujanos. La posibilidad de retirar la barra después de un período de tiempo determinado, generalmente alrededor de 3 años, también permite una corrección efectiva de la deformidad sin comprometer el crecimiento futuro del paciente.