Interleucina-6 (IL-6) es una citocina clave en la regulación de respuestas inmunitarias tanto innatas como adaptativas. Su papel en la respuesta inmunitaria adaptativa es particularmente notable debido a su capacidad para influir en la activación y diferenciación de linfocitos T y B, así como en la producción de nuevos linfocitos a partir de precursores mieloides. Esta función amplía significativamente su impacto más allá de la respuesta inmunitaria innata, permitiendo que IL-6 moldee y coordine respuestas inmunitarias más específicas y adaptativas.
Para entender cómo IL-6 influye en la respuesta inmunitaria adaptativa, es esencial considerar su interacción con diferentes células y mediadores en el microambiente inmunológico. En primer lugar, IL-6 puede ser producida por una variedad de células, incluidos los macrófagos, células dendríticas, células endoteliales y fibroblastos, en respuesta a estímulos inflamatorios, infecciosos o de estrés. Una vez liberada, IL-6 actúa sobre una variedad de células diana, incluidos los linfocitos T y B, así como las células progenitoras mieloides en la médula ósea.
En cuanto a los linfocitos T, IL-6 desempeña un papel crucial en la diferenciación de subpoblaciones específicas, como los linfocitos T helper 17 (Th17) y los linfocitos T reguladores (Tregs). La IL-6 junto con otros factores, como la interleucina-1 beta (IL-1β) y el factor de crecimiento transformante beta (TGF-β), promueve la diferenciación de células Th17, que son importantes para la defensa contra ciertos patógenos extracelulares y la regulación de respuestas autoinmunes. Por otro lado, IL-6 puede inhibir la generación de Tregs, lo que sugiere un papel en la promoción de respuestas inmunitarias proinflamatorias.
En cuanto a los linfocitos B, IL-6 también desempeña un papel significativo en su activación y diferenciación. Se ha demostrado que IL-6, junto con la interleucina-21 (IL-21), es un factor clave para la diferenciación de células B hacia células plasmáticas productoras de anticuerpos. Esto sugiere que IL-6 no solo participa en la respuesta inmunitaria temprana al activar células B, sino que también contribuye a la generación de una respuesta humoral efectiva.
Además de su papel en la diferenciación de linfocitos, IL-6 también influye en la producción de nuevos linfocitos T y B a partir de precursores mieloides en la médula ósea. Se ha demostrado que IL-6 promueve la supervivencia y la proliferación de precursores de células B, así como la diferenciación de precursores de células T. Esto sugiere un papel importante de IL-6 en la hematopoyesis linfocítica y la generación de células efectoras inmunitarias.