El abdomen agudo no siempre es causado por problemas quirúrgicos, sino que puede ser el resultado de una variedad de condiciones médicas no quirúrgicas. Estas pueden incluir problemas endocrinos y metabólicos, trastornos hematológicos y efectos adversos de toxinas o medicamentos. Comprender cómo estas condiciones pueden manifestarse como abdomen agudo es crucial para una evaluación adecuada y un manejo eficaz de los pacientes.
Los problemas endocrinos y metabólicos pueden provocar síntomas abdominales agudos debido a su impacto en la función de órganos y sistemas dentro del abdomen. Por ejemplo, la cetoacidosis diabética, una complicación grave de la diabetes mellitus tipo 1, puede presentarse con dolor abdominal agudo debido a la irritación peritoneal secundaria a la inflamación del páncreas y la liberación de enzimas digestivas. De manera similar, la enfermedad de Addison, una insuficiencia suprarrenal crónica, puede causar dolor abdominal debido a la hipotensión y la deshidratación asociadas con esta condición.
Los trastornos hematológicos también pueden contribuir al abdomen agudo debido a complicaciones como la trombosis venosa mesentérica o la hemorragia intrabdominal. La trombosis venosa mesentérica, por ejemplo, ocurre cuando se forma un coágulo de sangre en las venas mesentéricas, lo que puede resultar en isquemia intestinal aguda y dolor abdominal intenso. Del mismo modo, las enfermedades hematológicas que afectan la coagulación, como la trombocitopenia o los trastornos de la coagulación, pueden predisponer a la hemorragia intrabdominal espontánea, que se manifiesta como dolor abdominal agudo.
Los trastornos producidos por toxinas o fármacos también pueden ser causas importantes de abdomen agudo. Por ejemplo, la intoxicación por alcohol puede irritar la mucosa gástrica y provocar gastritis aguda o incluso úlceras pépticas con sangrado. Además, ciertos medicamentos, como los antiinflamatorios no esteroides (AINE), pueden causar lesiones en la mucosa gastrointestinal, aumentando el riesgo de úlceras pépticas y perforaciones intestinales.
Diagnósticos específicos frecuentes
- Hiperazoemia: Se refiere a un aumento anormal de los niveles de urea en la sangre. Puede ser causado por una variedad de condiciones, como insuficiencia renal aguda o crónica, deshidratación severa, shock o síndrome hepatorenal. La hiperazoemia puede manifestarse como dolor abdominal debido a la irritación de la mucosa gástrica o intestinal por los productos de desecho acumulados en la sangre.
- Crisis diabética o addisoniana: Se refiere a una exacerbación aguda de los síntomas de la diabetes mellitus o de la enfermedad de Addison, respectivamente. En el caso de la crisis diabética, puede ser una cetoacidosis diabética (en diabetes tipo 1) o un estado hiperosmolar hiperglucémico (en diabetes tipo 2), ambos caracterizados por niveles extremadamente elevados de glucosa en sangre que pueden provocar desequilibrios electrolíticos y deshidratación. La crisis addisoniana se produce por una insuficiencia aguda de la glándula suprarrenal, generalmente debido a una interrupción brusca en el tratamiento con glucocorticoides, y puede presentarse con síntomas de hipotensión, deshidratación y trastornos electrolíticos.
- Porfiria aguda intermitente: Es un trastorno metabólico hereditario que afecta la síntesis del grupo hemo, que es esencial para la función de la hemoglobina y otras proteínas. Las crisis agudas de porfiria pueden provocar dolor abdominal intenso, vómitos, neuropatía periférica y otros síntomas debido a la acumulación de porfirinas y sus precursores en el cuerpo.
- Hiperlipoproteinemia: Se refiere a un aumento de los niveles de lipoproteínas en la sangre, lo que puede predisponer a la formación de placas de ateroma en las arterias y aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular. En algunos casos graves, la hiperlipoproteinemia puede presentarse con dolor abdominal debido a la pancreatitis aguda secundaria a la hipertrigliceridemia extrema.
- Fiebre mediterránea hereditaria: Es una enfermedad genética autosómica recesiva caracterizada por episodios recurrentes de fiebre, dolor abdominal, artritis y erupciones cutáneas. Estos episodios, conocidos como crisis, pueden ser desencadenados por factores como el estrés, la infección o la menstruación, y se cree que están relacionados con la inflamación sistémica debido a mutaciones en el gen MEFV.
- Crisis drepanocítica: Se refiere a episodios de dolor intenso en personas con anemia falciforme, una enfermedad hematológica hereditaria en la que los glóbulos rojos tienen una forma anormal en forma de hoz. Estos episodios dolorosos pueden ser el resultado de la obstrucción de los vasos sanguíneos por los glóbulos rojos deformes, causando isquemia tisular.
- Leucemia aguda: Es un tipo de cáncer de la médula ósea y de la sangre caracterizado por la proliferación rápida de células sanguíneas inmaduras. Los pacientes con leucemia aguda pueden presentar dolor abdominal debido a la infiltración de células leucémicas en el hígado, el bazo u otros órganos abdominales, así como complicaciones como la pancreatitis inducida por la hiperleucocitosis.
- Saturnismo o intoxicaciones por otros metales pesados: El saturnismo se refiere a la intoxicación por plomo, que puede ocurrir por exposición ocupacional, contaminación ambiental o ingestión accidental de productos que contienen plomo. La intoxicación por metales pesados como el plomo puede causar daño gastrointestinal, incluido dolor abdominal, así como afectar otros sistemas del cuerpo como el sistema nervioso central y el sistema hematopoyético.
- Abstinencia de opioides: Se refiere a los síntomas de retirada que pueden ocurrir en personas dependientes de opioides cuando reducen o interrumpen bruscamente el uso de estos fármacos. Los síntomas de abstinencia pueden incluir dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea, ansiedad y otros síntomas autonómicos y psicológicos.
- Picaduras de la araña viuda negra: La picadura de la araña viuda negra puede causar el síndrome de latrodectismo, que se caracteriza por dolor abdominal intenso, espasmos musculares, sudoración excesiva, hipertensión y otros síntomas autonómicos y neurológicos. El dolor abdominal en este caso puede ser el resultado de la toxicidad del veneno de la araña en el sistema nervioso autónomo y los músculos abdominales.