Las infecciones quirúrgicas representan una amplia gama de enfermedades infecciosas que son responsables de una significativa carga de mortalidad y morbilidad en todo el mundo. Este grupo diverso de infecciones abarca desde enfermedades infecciosas que requieren cirugía o procedimientos intervencionistas para su tratamiento, hasta las infecciones que se desarrollan en el sitio quirúrgico después de una intervención. Estas infecciones pueden tener consecuencias graves para los pacientes, incluyendo prolongación de la estancia hospitalaria, aumento de los costos médicos, deterioro de la calidad de vida y, en los casos más graves, incluso la muerte.
Entre las infecciones quirúrgicas más comunes se encuentran los abscesos, las infecciones intraabdominales como la colangitis y la apendicitis, así como las infecciones necrosantes de los tejidos blandos. Estas condiciones pueden requerir tratamiento quirúrgico urgente para drenaje de abscesos, resección de tejidos infectados o reparación de daños causados por la infección.
Por otro lado, las infecciones del sitio quirúrgico (ISQ) son otro tipo importante de infección quirúrgica que se desarrolla en el lugar de la incisión quirúrgica dentro de los 30 días posteriores a la cirugía, o hasta un año si se implanta un dispositivo protésico. Estas infecciones representan alrededor del 20% de todas las infecciones adquiridas en el entorno hospitalario y pueden ser causadas por una variedad de microorganismos, incluyendo bacterias, virus y hongos. Las ISQ pueden complicar la recuperación postoperatoria, causar dolor, retrasar la cicatrización de la herida y aumentar el riesgo de complicaciones graves, como la sepsis.
La prevención y el manejo adecuado de las infecciones quirúrgicas son fundamentales para mejorar los resultados del paciente y reducir la carga de enfermedad asociada. Esto implica la implementación de prácticas de control de infecciones efectivas, incluyendo la adecuada preparación preoperatoria, técnicas quirúrgicas estériles, uso apropiado de antibióticos profilácticos, y vigilancia y manejo cuidadoso de las heridas quirúrgicas postoperatorias. Además, el desarrollo de nuevas estrategias preventivas y terapéuticas, así como la mejora continua de los estándares de atención quirúrgica, son cruciales para abordar eficazmente el problema de las infecciones quirúrgicas y mejorar los resultados de los pacientes.