La peritonitis es una condición médica que implica la inflamación del peritoneo, la membrana que recubre la cavidad abdominal y los órganos que se encuentran dentro de ella. Esta inflamación puede ser el resultado de una variedad de causas, incluyendo infecciones bacterianas, inflamación secundaria a otros trastornos abdominales como la pancreatitis, o complicaciones relacionadas con procedimientos médicos como la diálisis peritoneal.
La presentación clínica de la peritonitis se caracteriza por dolor abdominal intenso, especialmente a la palpación, lo cual se debe a la irritación y sensibilización de las terminaciones nerviosas en el peritoneo. Este dolor puede manifestarse de forma generalizada o localizada según la extensión y la causa de la inflamación. Además del dolor, otros hallazgos comunes incluyen rigidez abdominal, conocida como «vientre en tabla», y signos como el signo de Blumberg, que se refiere al dolor que se produce al retirar bruscamente la mano que ejerce presión en el abdomen.
La peritonitis puede ser de origen infeccioso o no infeccioso. La causa más común de peritonitis infecciosa es la invasión bacteriana, con los gramnegativos siendo una de las principales clases de bacterias involucradas. Es importante destacar que estas bacterias pueden provenir del intestino o de otros órganos abdominales infectados, y pueden incluir microorganismos como Escherichia coli, Klebsiella, Streptococcus y Pneumococcus, entre otros. En el caso específico de la diálisis peritoneal, la peritonitis primaria es una complicación temida, siendo E. coli y Klebsiella organismos frecuentemente implicados.
Por otro lado, la peritonitis también puede surgir como resultado de procesos inflamatorios no infecciosos, como la pancreatitis. En estos casos, la inflamación del páncreas puede extenderse al peritoneo, desencadenando una respuesta inflamatoria en toda la cavidad abdominal.